Las tendencias en Internet se van creando desde que a “alguien” se le ocurrió decir y subir a la red lo que su mente percibió en determinado momento.
Es natural que en una comunidad de personas de pronto surja un tema del cual una buena cantidad de ellas hacen presente una percepción personal y se crean tendencias en las redes y, no faltara que broten respuestas positivas o negativas en una dirección de manera instantánea y simultánea.
¡Donde me trajo el hambre!
Es increíble como la sociedad mexicana maneja las crisis económicas y medioambientales cuando están frente a hechos que en su persona hacen presumir riesgos cercanos que generan involuntariamente impulsos de incertidumbre, temor e incluso ¡terror! en un entorno casual y que en muchas ocasiones pasa a convertirse en cotidiano.
En la Ciudad de México como en varias ciudades capitales del mundo se observan carencias sociales como la calidad y espacios de vivienda, así como acceso a los servicios de salud, seguridad social y alimentación nutritiva entre varias más y es en estas donde nace una aclamación de pesadumbre a lo desconocido.
¿A quién se le ocurrió la frase donde me trajo el hambre?
Es seguro que hubo una primera expresión de alguien y esta se observó como “valida” para muchas más personas que se identificaron con el mismo hecho y suceso sea de día, tarde o noche empero ¿Una misma situación despierta en toda una agorafobia extendida?
Es probable que alguien tenga la intención de cubrir el trastorno de ansiedad con una acción inmediata que le dicta su cerebro y es la de compartir su situación con una comunidad que sabe que lo están viendo en línea y en tiempo real como son las redes sociales. Probablemente tenga miedo de la situación en la que está metido y se sienta atrapado en un entorno desconocido que a la vez, le está provocando una sensación de pánico que lo hace establecer incertidumbre e indefenso incluso avergonzado.
«Es un terror que se tiene que controlar y acostumbrarse a ello»
El miedo a lo desconocido se tiene que aprender a enfrentar si o si o de plano pensar en cambiar la actividad que nos lleva a ello.
Vivir sin miedo no es posible y es necesario. Superarlo nos permitirá avanzar. Desbloquear esa sensación nos hará crecer como personas y alcanzar una vida mas plena. Sin embargo, ¿cuál es ese miedo del que hablamos?
Miedo a lo que pensamos.
Miedo a lo que creemos.
Miedo a lo que vemos y percibimos.
Miedo a la oscuridad
Miedo a las personas y sus costumbres.
Miedo a lo que creemos y suponemos
No es lo mismo estar atrapado en una unidad móvil que caminar y moverte de un lado a otro.
«El miedo es el miedo y no hay manera de no sentirlo y al mismo tiempo no experimentar terror»
Así nos lo dijo el conductor de un taxi de aplicación y añadió, «no importa que tenga toda la precaución necesaria y del mundo, cuando te toca, te toca”
“Enfrento mis miedos y me encomiendo a Dios y a la Virgencita por que de todos modos ya estoy en el camino y tengo que cumplir, es un desafío diario en toda la ciudad de México y cuando me llevan al Estado de México este miedo y desafío se incrementa por la misma ganancia y nadie ve eso, ni la aplicación ni los usuarios que no siempre por decir nunca valoran el desafío que es llevarlos a su destino.
Soy Ingeniero mecánico del Politécnico, tengo 49 años casado y una situación de necesidad me llevo a otra y a otra hasta que opte hace 5 años a ser taxista de aplicación. En un principio todo era ilusión y esperanza. Me ponía elegante en mi vestimenta y pensé que dando lo mejor de mi sería garantía de un buen servicio. Eso pensé y eso sigo pensando, pero, la aplicación no y ahora por alguna razón; dicen los de la aplicación que los usuarios tampoco por que se refleja en la “calificación” que me dieron. No se si sea cierta, verdadera o alguna «onda» de la misma aplicación para no cumplir con acuerdos de ganancia y continuo su charla diciendo:
«Alguien dijo esa mamada de “donde me trajo el hambre” y pienso que solo es una expresión de desconfianza, miedo y frustración por tan poca ganancia pero, si lo vemos desde el lado de que es un servicio el que estamos dando y es nuestro trabajo, no hay de otra, porque no es hambre de comida sino más bien es el hambre de salir adelante, de cumplir con las responsabilidades que se tienen con los hijos, la mujer y uno mismo y sé que también muchos hasta con la suegra (jajaja) todo es hambre y siendo positivo, se tiene hambre de salir adelante, de pagar la colegiatura de los hijos, de que si rentamos un auto tener la mensualidad y yendo mas lejos, tengamos prontamente una unidad propia y agradecerle a quien nos ha rentado su auto para trabajarlo”
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